Hace mucho tiempo, un huevo de águila real cayó accidentalmente en un corral. En ese lugar, una gallina lo encontró y lo acogió en su nido, incubándolo junto a sus propios huevos.
Con el paso del tiempo, un día, ese huevo de águila eclosionó junto a los demás huevos de la gallina, y una cría de águila real vio la luz entre los polluelos del corral. Esta pequeña águila creció en compañía de sus hermanos pollos, sin darse cuenta de su verdadera identidad.
Sin embargo, su destino cambió el día en que hizo un descubrimiento que transformó por completo su existencia.
En este capítulo, te contaré una historia en forma de cuento y metáfora que revela una creencia limitante que solemos llevar desde nuestro nacimiento.